Nuestra pielEstá a merced de muchas fuerzas a medida que envejecemos: el sol, las inclemencias del tiempo y los malos hábitos. Pero podemos tomar medidas para ayudar a que nuestra piel se mantenga tersa y con un aspecto fresco.
El envejecimiento de la piel dependerá de diversos factores: estilo de vida, dieta, herencia genética y otros hábitos personales. Por ejemplo, fumar puede producir radicales libres, moléculas de oxígeno que antes eran saludables y que ahora son hiperactivas e inestables. Los radicales libres dañan las células, provocando, entre otras cosas, arrugas prematuras..
Existen otras razones. Los principales factores que contribuyen a la piel arrugada y con manchas incluyen el envejecimiento normal, la exposición al sol (fotoenvejecimiento) y la contaminación, así como la pérdida del soporte subcutáneo (tejido graso entre la piel y el músculo). Otros factores que contribuyen al envejecimiento de la piel incluyen el estrés, la gravedad, el movimiento facial diario, la obesidad e incluso la postura al dormir.
¿Qué tipos de cambios en la piel se producen con la edad?
- A medida que envejecemos, se producen naturalmente cambios como estos:
- La piel se vuelve más áspera.
- La piel desarrolla lesiones como inicios de tumores.
- La piel se vuelve flácida. La pérdida de tejido elástico (elastina) en la piel con la edad hace que la piel cuelgue.
- La piel se vuelve más transparente. Esto se debe al adelgazamiento de la epidermis (capa superficial de la piel).
- La piel se vuelve más frágil. Esto se debe al aplanamiento de la zona donde se unen la epidermis y la dermis (capa de piel debajo de la epidermis).
- La piel se vuelve más propensa a hematomas. Esto se debe al adelgazamiento de las paredes de los vasos sanguíneos.
Hora de publicación: 02-mar-2024