Enrojecimiento y sensibilidad: Después del tratamiento, la piel puede aparecer enrojecida, generalmente debido a cierta irritación de la piel por la acción del láser. Al mismo tiempo, la piel también puede volverse sensible y frágil.
Pigmentación: algunas personas experimentarán diversos grados de pigmentación después del tratamiento, lo que puede deberse a diferencias físicas individuales o a la falta de protección solar adecuada después del tratamiento.
Dolor, hinchazón: la depilación láser es un tratamiento invasivo en el que el láser penetra en la piel y llega a la raíz del folículo piloso, inhibiendo así el crecimiento del cabello. Como resultado, puede haber molestias como dolor e hinchazón en el área después de la cirugía.
Ampollas y cicatrices: en algunos casos, pueden aparecer ampollas, costras y cicatrices en el lugar de la depilación si la energía del tratamiento es demasiado alta o no se maneja adecuadamente.
Sensible: La piel puede volverse sensible después del tratamiento, pudiendo sentir hormigueo o irritación al tocarla. Esta sensibilidad suele ser temporal y puede aliviarse manteniendo la piel limpia y evitando cosméticos o productos para el cuidado de la piel agresivos.
Piel seca o escamosa: Después del tratamiento, algunas personas pueden experimentar piel seca leve o descamación en el área de depilación. Esto puede deberse a una ligera exfoliación de las células epidérmicas debido a la acción de la energía láser.
Hora de publicación: 12 de abril de 2024